Durante mucho tiempo se ha pensado que los traductores humanos son incapaces de ofrecer un contenido textual de calidad. Sólo hacen traducciones «a secas» al idioma deseado, pero excluyen la adaptación del material para el público objetivo. Pero esta opinión es errónea, porque hoy en día hay muchos profesionales en el mercado laboral que son capaces de combinar con éxito la traducción y la redacción.
La transcreación, o en palabras sencillas, la adaptación creativa del texto, supone la sinergia entre la traducción y la redacción. Una persona recibe material de origen en una determinada lengua y necesita hacer algo más que crearla en su propia lengua. Tiene que crear su propio contenido, que incorporará ideas y significados tomados del original, pero tiene que tener en cuenta las características del consumidor potencial.
El copywriting es el proceso de elaboración de textos desde cero, a menudo con fines de marketing. En este caso, no existe una fuente original, o puede utilizarse como una pequeña ayuda y material auxiliar. El redactor busca y recopila de forma independiente la información que necesita para escribir el texto. A menudo se utilizan técnicas periodísticas para obtener la información, como entrevistas con los clientes. Puede obtener más información sobre la profesión de redactor publicitario en https://essaywritingus.com/es/.
La traducción convencional significa simplemente «sustituir» una lengua por otra, conservando el significado y el mensaje originales. No hay mucha creatividad, porque a menudo sólo se quiere transmitir las palabras del orador a un público que habla un idioma diferente. Además, ahora hay muchos servicios electrónicos que pueden utilizarse para captar lo que se dice.
La transcreación es más que una simple traducción. Es una combinación de traducción y redacción en la que el mensaje no sólo se transmite, sino que se adapta al terreno. Para que quede más claro, veamos algunos ejemplos en los que se requería exactamente la transcreación.
El primero y más divertido es el momento con Mitsubishi en el mercado español. Con el lanzamiento del Mitsubishi Pajero, el fabricante pretendía dotarse de una base de clientes global. Sólo en el argot español la palabra «Pajero» es un insulto contra los homosexuales. Los intérpretes locales han bautizado el coche como Mitsubishi Montero, que ha proporcionado un volumen de ventas digno.
Otra cosa curiosa le ocurrió a la empresa automovilística Chevrolet, pero tuvo mala suerte al principio con los transcreadores, lo que le costó mucho dinero. El modelo de coche en el original suena a Chevrolet Nova. En español, el nombre significa «No Va». Como resultado, la empresa de publicidad fue cerrada de forma segura en España.
Ha habido y habrá muchas situaciones similares en el mundo. Para reducirlos o incluso eliminarlos, hay que elegir a un especialista que sea bueno en transcreación y redacción de textos publicitarios, y que sea nativo del idioma adecuado y comprenda la cultura local, las particularidades y los entresijos del mercado.